domingo, 22 de enero de 2017

Confiaba en su Niñera, Pero Ella Los Obligaba a Hacerle Esto ¡Qué Horror!

Cuidar a los hijos no es cosa fácil para cualquiera, más si se es padre o madre soltera, en donde no hay tiempo para estar con ellos y trabajar por igual. Se requiere ayuda, y las exigencias laborales y sociales no dan espacio a nada más que niñeras o guarderías. Aunque esto signifique un peligro, Este era el caso de Desiree LaBlanc, madre soltera de tres hijos, incluyendo una bebé. Para esto contrató a Christina Williamson como niñera. De inicio estaba dudosa con ella, pero tras ver cómo actuaba, comenzó a confiar por completo. Ella le mandaba fotos con los niños, mostrándole qué hacían, y esto la hacía sentir segura. Pero poco a poco comenzaron a ocurrir cosas raras, incluso se notaban algunos rasguños en los niños, que no tenían explicación. Pero no fue ella quien se daría cuenta de lo que sucedía, y es que aunque su hijo ya le había advertido que ella los trataba mal, y que les obligaba a hacer cosas raras, ella no puso la atención necesaria, y fue el ahora ex esposo de la niñera quien se encargó de comprobar los maltratos. Él había puesto cámaras en casa de LaBlanc sin que ella supiera, aprovechando que su esposa lo había dejado entrar un par de veces. Esto con el fin de monitorear él mismo a su esposa, y la forma en la que trataba a los niños. No confiaba en ella, y ya otras clientas de ella se habían quejado de lo que ella hacía. Tenía que comprobar lo que pasaba, y al fin lo pudo hacer. Fue así que un día LaBlanc recibió una extraña llamada a su trabajo, “mi supervisor me dijo que habían llamado, debía de ir a mi casa porque había un problema con mis hijos, que no preguntara nada y solo fuera”, comentó LaBlanc, ese trágico día. La mujer agredía a los niños todos los días, todo el día. A la menor de todos, una bebé a penas, la jalaba de los brazos, y la levantaba de la cabeza. Cuando estaba durmiendo de la nada llegaba a patearle la cabeza, levantarla y aventarla al suelo. Era criminal. A los otros los golpeaba y jaloneaba por cualquier cosa, incluso sin razón. Así llegó ella y se encontró al entonces esposo de Williamson, quien le explicó todo y le mostró las pruebas. Pudieron poner una denuncia contra ella, y detenerla. Ahora se enfrenta un proceso penal, su esposo se ha divorciado de ella, y LaBlanc aprendió que no se puede confiar tan fácil en una persona para estar a cargo de sus hijos.

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